“El Alto Perú será libre porque Cochabamba quiere que lo sea”

0
211

La Gaceta de Buenos Aires, septiembre de 1810

Este 14 de septiembre se recuerda el levantamiento de Cochabamba de 1810 contra las fuerzas españolas; que no es igual a la ocupación de la ciudad por Goyeneche el 27 de mayo de 1812; son dos momentos históricos diferentes. Esta es una primera observación. La otra observación es la sensibilidad errática o desviación histórica que se proyecta como verdad al imaginario social desvirtuando la realidad. ¿Qué sucedió en la fecha en cuestión? De manera resumida y según la bibliografía vigente, se dice que después de las derrotas revolucionarias en Chuquisaca y La Paz en 1809, Cochabamba decidió otro destino, esto fue, cuando fungía como gobernador de Cochabamba José Gonzales Prada, criollo arequipeño enviado por el virrey Abascal en reemplazo del veterano Francisco de Viedma, tras de su deceso.

Esos días se produjo en Oruro una insurrección indígena encabezada por el cacique del pueblo de Toledo Manuel Victoriano Aguilario de Titichoca que se encontraba en el partido de Carangas, por cuya causa Gonzales Prada envió a La Plata el 8 de agosto a 150 hombres, y el 11 a otros 150 a Oruro bajo el mando del Teniente Coronel del Regimiento de Milicias Provinciales don Francisco del Rivero, y los oficiales Esteban Arze y Melchor Villa de Guzmán. Alias el quitón. Por su parte Vicente Nieto, Presidente de la Audiencia, al momento de expedir la orden de detención contra el cacique Titichoca, concentró sus tropas en Potosí para hacer frente a los revolucionarios que venían de Buenos Aires al mando de Juan José Castelli. Los recién llegados a la Villa de Oruro, se enteraron por doña Luisa Ascuy, del plan de enviarlos a Potosí. Rivero informó a sus camaradas lo que iba a suceder, y sin cavilar salieron el 6 de septiembre de la Villa para apoyar la causa patriota, estos formaron una junta revolucionaria y realizaron reuniones en la casa de Cangas (Hoy ELFEC), con el fin de evitar que Goyeneche auxilie a Nieto, y quede expedita la vía para el ingreso del 1er Ejército Auxiliar Argentino. La madrugada del 14 de septiembre, se cumplió el plan, los indios de Tarata y los poblanos de los villorrios cercanos, ingresaron junto a sus capitanes con sus banderas voladoras por diferentes calles, la del Comercio, los Ricos, de los Pulperos, y se unieron a los alzados en una acción fulminante y tomaron el cuartel con 150 mozos que gritaban:
“¡Traición, que viene el enemigo. Nos han mandado a Oruro el Gobernador y el Coronel para que Goyeneche nos degüelle! ¡Viva el rey, muera el mal Gobierno!”.
Todo fue un sacudimiento. Con sus lucientes espadas, chuzos y lanzas que levantaban en alto, los hermanos Melchor, Bartolomé, Justo y Manuel Guzmán, atropellaron a la guardia y con un galope violento se introdujeron al cuartel proclamando la revolución. Francisco del Rivero ingresó al cuartel, y les dijo a sus soldados:
“Hijos míos, os quieren mandar a combatir contra la patria. No saldréis de aquí sino conmigo y para defenderla con vuestras armas ¡Viva la patria!”
Y los soldados respondieron ¡Viva la Patria! La revolución estaba dicha y hecha, se había consumado sin sangre. Al sudoeste de la Plaza, la gente empezó a concentrarse, Gonzáles Prada fue tomado preso, y apareció el Alférez Esteban Arze que llegó con los suyos del Valle de Oliva para agregarse al movimiento.
Aún se buscan mayores fundamentos sobre los sucesos del 14 de septiembre de 1810 para no deambular por el errar histórico. ¿Hay algo más?, si hay, no existe razón para reclamar, si no, ¿de qué manera la historia puede corresponder a la verdad? Hay libros que forman ejes de continuidad y/o de oportunidad que repiten la misma historia y deforman, con algunos injertos textuales pero siempre pendulando de la fábula a la ficción. Como hay libros que están en la vía de la deconstrucción histórica y des-sedimentan lo que está mal para develar la verdad. Entre estos libros, consulté “Morir matando”, de Gustavo Rodríguez; “Biografía del general Esteban Arze”, de EufronioViscarra; “…Algo de historia, don Francisco del Rivero”, de José Revuelta; e “Historia de Oruro, quién fue don Tomás Barrón”, de Eduardo García Echeverría. Libros muy prolijos y bien documentados que los recomiendo a los amigos de Facebook. Pero aún sospecho que la historia sobre este suceso es mucho más. ¡Un abrazo de los residentes orureños y llallagueños en el día festivo de nuestra Cochabamba adoptiva!

No hay comentarios

Dejar respuesta