Es una composición; en parte, de un pasado añorante. Hablando de mis pinturas, podría decir que es una representación del pasado, presente y futuro.
De el pasado: las personas adultas recuerdan los tiempos que vivieron de niños.
De el presente: en dónde aún se puede ver carretones, trapíches y así por el estilo.
Y del futuro: mis pinturas serán como un testimonio para los jóvenes y niños que ya no conocen como fue el ayer, por causa del progreso avasallador en todos los sentidos.
Puede ser que mis pinturas no sean decorativas.
No son superficiales, sino que son pintadas con mucho valor sentimental, son pintadas con esencia, con sabor y con espíritu Camba.
