NOTICIAS HISTÓRICAS – 21.11.2021

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BATALLA DEL PARI
21-NOV-1816: PASAJE HEROICO Y CULMINANTE DE LA LUCHA POR LA INDEPENDENCIA POLITICA DE LAS PROVINCIAS DEL RIO DE LA PLATA: EN LA PROVINCIA DE SANTA CRUZ, LADO SUD OESTE DEL CENTRO HISTORICO DE LA CIUDAD CAPITAL DEL MISMO NOMBRE, SE LIBRÓ LA BATALLA MAS IMPRESIONANTE Y MAS SANGRIENTA DE LOS 15 AÑOS DE LA CONTIENDA POR LA REDENCION DE LOS PUEBLOS AMERICANOS, CONOCIDA CON EL GLORIOSO NOMBRE DE BATALLA DEL PARI


Antecedentes cercanos a la batalla
A pesar de todo el poder de los realistas los principales centros de resistencia patriotas en las provincias altas permanecían compactos y los líderes de ellos, obstaculizaban la marcha de las legiones realistas para alcanzar B.A. (que lo habían intentado 3 veces) cuya reconquista era el santo de oro de los ejércitos de su majestad el rey de España.
El ejército real estaba concentrado en Cotagaita al mando del Gral. Orosco, que luego se haría cargo el Gral. La Serna. El alto mando realista conocía demasiado que toda expedición a B.A. seria ilusoria mientras exista resistencia patriota en las provincias altas, dirigida por caudillos y líderes del temple de Padilla, Camargo, Uriondo, Muñecas y sobre todo Warnes, resolviendo exterminarlos. Para el efecto se destacaron fuertes columnas para que fuesen a distintos puntos de las provincias, con expreso encargo de acabar con los patriotas.
Una de esas divisiones mandadas por el Cnl. Aguilera (Vallegrande) en combinación con las fuerzas del Gral. Tacón (Chuquisaca), había destrozado el comando del heroico y renombrado Cnl. Manuel Ascencio Padilla que murió después de la desastrosa jornada de El Villar el 14-Sep-1816.
El Cnl. Francisco Javier Aguilera, al que le correspondían los laureles de ese triunfo, tenía la misión del Gral. Plazuela y ahora del Gral. Ramírez de Orosco, la comisión de marchar a Santa Cruz de la Sierra y acabar con el comando de Warnes. Este aguerrido militar realista era nacido en Santa Cruz que en los primeros estallidos de la revolución insurreccional se incorporó a las filas del ejército del rey, por el que tenía fanatismo salvaje, como lo demostró hasta los últimos momentos de su vida. Aguilera se enardecía en el combate con el olor de la pólvora y la vista de la sangre, su voluntad era inquebrantable y animada de pasiones profundas y concentradas; nada le parecía imposible. Sanguinario hasta la exageración y de una ferocidad felina, nunca daba cuartel a los vencidos. Tal era el campeón que el Gral. Ramírez de Orosco destaco contra el intrépido Warnes. Aguilera a su regreso de La Laguna, se situó en Vallegrande para desarrollar el plan de campaña que tenía meditado y que se había propuesto ejecutar a fin de conseguir someter al dominio español, la bella e indomable ciudad oriental donde desde el año 1813 hondeaba la bandera blanca y celeste del Gral. Belgrano. Empezó para ello a reforzar su ejército en el que habían dejado muchos claros las balas de los patriotas de Padilla, quedando organizado: Batallón Fernando VII fuerte en 500 plazas, Batallón Talavera, 300 plazas, 2 escuadrones de caballería de 250 jinetes c/uno, 1 Sec. de artillería. Con 2 piezas de a 4 y servidas por 100 artilleros. Sumaban un total de 1400 h.
Estas fuerzas eran en su mayor parte veteranas, bien organizadas y disciplinadas, hechas a entrar al fuego y a derrotar al enemigo. Los batallones de infantería estaban compuestos de veteranos aguerridos y los Talaveras formados de galeotes y presidiarios de la peninsula, traídos a Chile por ser la peor gente del ejercito real, por su rapacidad, indisciplina y ferocidad sin cuentos.
La marcha de Aguilera fue silenciosa y llena de precauciones para presentarse en Santa Cruz.
El encontronazo y resultado
Warnes conocedor de la aproximación de Aguilera se preparó a recibirlo. Era Ignacio Warnes hijo de B.A. , hizo la guerra al Paraguay, en 1813 paso a las provincias altas con el ejército. Expedicionario rio platense mandado por el Gral. Belgrano, quien en Potosí le dio el título de Gobernador de la Provincia de Santa Cruz de la Sierra, siendo allí enviado con Mercado, Pedraza, Salazar y otros oficiales con el objeto de echar a los realistas. Warnes era alto, bien formado, mirada serena, carácter orgulloso, dominador y altanero, activo y valiente hasta la temeridad.
Los naturales del país llegaron a amarlo y temerlo, admirando su contracción y constancia en arreglarlo todo y organizar el ejército cruceño con recursos tomados allí mismo. Formó maestranzas, fabrico armas y trabajó como obrero para estar preparado para la defensa de su provincia.
Los cruceños le tenían verdadero cariño y respeto. El 21 de noviembre de 1816 se presentó Aguilera en la vega del Pari que está en las goteras de la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, allí lo esperaba el Cnl . Warnes a la cabeza del ejercito cruceño que se componía de 1000 h poco más o menos. Este ejército que durante 4 años había sido disciplinado e instruido por Warnes en persona, estaba conformado (según Mariano Rendón) de la manera siguiente:
Los infantes vestían con blusas blancas y pantalones del mismo color con alamares rojos, hecho de algodón, tejido en el país y un morrión de cuero. La caballería estaba armada de lanza y vestía de los pies a la cabeza de cuero curtido. Warnes llevaba el dia del combate una chaqueta morada con vivos y alamares blancos, sombrero blanco de fieltro de copa baja y emplumada, con botas hechas de cuero y con espada ceñida al cinto. Warnes al divisar al enemigo recorrió a caballo su línea de batalla y puesto al centro de ella esforzando la voz exclamo: ¡soldados! ¡a vencer o a morir con gloria! . Un grito frenético de entusiasmo fue la respuesta del ejercito cruceño que tenía ciega confianza en el valor de su intrépido jefe. Warnes tendió su línea de batalla cerrando por completo el camino real dado frente al Este y apoyando su derecha en las vertientes del arroyo del Pari. Colocó su artillería emboscada en toda la rivera del Pari y cubriendo su izquierda con su caballería mandada por Mercado.
A las 11 de la mañana estaban los combatientes a tiro de arcabuz y a la vez avanzaron los unos contra los otros. Los primeros que chocaron fueron las caballerías, la de Aguilera compuesta de cochabambinos fue envuelta en el choque por la caballería cruceña y huyo en completa dispersión perseguido por esta. El batallón Fernando VII conducido por el mismo Aguilera rompió los fuegos con descargas cerradas que fueron contestados por la infantería cruceña que se hallaba tendida en tierra, haciendo sus fuegos grandes claros en las filas realistas. En ese momento los talaveras se precipitaron al combate con increíble audacia, en vista de lo cual Warnes ordenó a los infantes que calen bayonetas y acometan al enemigo. El mismo a caballo sable en mano presidia el movimiento. Muy luego se cruzaron las bayonetas de los realistas y patriotas, estos arrojaron el fusil y emprendieron con sus enemigos a puñaladas, haciendo servir las bayonetas de puñales. Pronto los realistas los imitaron y la vasta vega del Pari se convirtió en un campo de gladiadores, cubiertos con la sangre de los muertos y con la suya propia. ¡Aquel cuadro era aterrador! Allí había algo que no es natural, que no es humano, no era una lucha de hombres si no de fieras rabiosas que no ceden el puesto sino rindiendo la vida en la pelea. Jamás en la guerra de los 15 años se vio una hecatombe semejante. 6 horas duro la cruente lucha y los independientes llevaban la mejor parte en ella, cuando una bala de cañón mato al caballo que montaba Warnes quien cayó al suelo, aplastado por el peso de su cabalgadura, un talavera los traspaso de un bayonetazo y un oficial lo acabo de matar con un disparo de pistola, quien a todo lo que le dan sus pulmones grita: ¡Warnes, ha muerto!
El desgraciado suceso de la inmolación del valiente y esclarecido Gobernador y Capitán General de la Provincia de Santa Cruz, Ignacio Warnes, afecto negativamente en la moral y disminuyo evidentemente el arrojo de los combatientes del Ejercito Patriota Cruceño, que después de un tiempo de ininterrumpida lucha, ante la falta del empuje y guía de su líder, dejaron el campo de la batalla en poder del enemigo realista. En la tarde regresó la caballería cruceña que había destruido casi por completo a los jinetes  realistas cochabambinos y al ver que el enemigo se había apoderado del terreno de la acción decisiva y saber la muerte de su jefe, dando alaridos de rabia se precipitó sobre los realistas, pero estos formando solidos grupos fusilaron a los intrépidos jinetes que no contaban más que con sus lanzas para el ataque de manera que fueron destrozados en un momento, dispersándose en el bosque los pocos sobrevivientes a la espantosa catástrofe. En la tarde del día siguiente entraba Aguilera a la ciudad de Santa Cruz con solo 200 soldados, que quedaron de su división, y que llevaba como trofeo la cabeza ensangrentada del epónimo Warnes que fue elevada en una pica y colocada en el centro de la plaza principal.
Con la muerte de Warnes cayó en poder realista, el centro más poderoso de resistencia en las provincias altas.
El Cnl. Mercado que ya es figura, entra en la historia de los grandes, se hace cargo del ejercito cruceño y fija su C.G. en Saipuro (Cordillera) donde sigue dando pelea a los realistas, hasta el 14 de febrero de 1825, cuando ocupa la plaza de Santa Cruz, quedando la provincia libre de realistas, concluyendo la guerra de la independencia para Santa Cruz.

Fuente: Gral. Miguel Ramallo: Las batallas de la guerra de la independencia, La Paz, 1913.

Santa Cruz de la Sierra 21 de noviembre de 2021

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