12-NOV-1826: SIGUE EL LLANTO DE LOS DESVALIDOS O DESAMPARADOS CONGRESISTAS QUE RUEGAN A BOLÍVAR (EN VENEZUELA), INTERCEDA PARA QUE SUCRE SEA PRESIDENTE VITALICIO, DEBIDO A LA INEXISTENCIA O INCOMPETENCIA DE LÍDERES BOLIVIANOS PARA EL EJERCICIO DE CONDUCTOR POLÍTICO DEL NUEVO ESTADO QUE SE LE OCURRIÓ A LOS REPRESENTANTES DE LAS PROVINCIAS ALTAS LLAMAR REPUBLICA BOLÍVAR.
“Congreso Constituyente- Sala de Sesiones en Chuquisaca a 12-Nov-1826.Al Exmo. Señor Simón Bolívar, PADRE DE BOLIVIA, Libertador de Colombia y el Perú – Exmo Señor: Debiendo el Congreso Constituyente de esta república boliviana, conforme a sus anteriores determinaciones, proceder al nombramiento del presidente vitalicio que la administrase, el 28 del próximo octubre, por unanimidad de votos de los representantes y a propuesta de los colegios electorales de los departamentos, nombró y eligió por tal presidente al gran mariscal de Ayacucho Antonio José de Sucre. Una diputación del seno del congreso paso a significar el solemne acto, por el que Bolivia, llevada al entusiasmo de su gloria, había entregado su suerte al que arrebatada sus altas confianza. La respuesta de aquel gran mariscal, tanto por conducto de los diputados que se le dirigiera, como por comunicación oficial, ha sido negarse a la administración del cargo del presidente, ha protestado que, de aceptarlo, lo ejercerá solo hasta el año 28, con la libertad de que se le deje para renunciarlo, ante la primera legislatura constitucional que se formase.
El congreso siempre fiel a los sentimientos de sus representantes, al desempeño de sus sagrados deberes y al homenaje que exige la patria, ha escuchado la respuesta con amargura: la ha considerado el fatal acontecimiento que parece anular sus desvelos y frustrar sus esperanzas. Con la elección que hizo creyó haber sentado las bases sobre que, levantándose el edificio político de Bolivia, ofreciese al mundo el espectáculo de la mejor república, el emblema de la libertad y el baluarte de los derechos cuyo restablecimiento agoto, en parte, la sabiduría, los trabajos y la sensibilidad de su elegido; mas ahora en la modestia de éste encuentra una valla a sus aspiraciones.
El congreso que concibió la lisonjera idea de ver trazado por sus instituciones el camino que condujese los bolivianos a su dicha, hoy no encuentra el jefe que ha de guiarlo. El gran mariscal de Ayacucho se ha negado a este cargo, se ha negado al grandioso testimonio de las emociones con que Bolivia, en el desarrollo de la infancia, para contraer costumbres, para emular sociedades prosperas, le pide su educación, su poder y sus luces.
En tal conflicto, el mismo congreso me encarga, como a su presidente, ocurra a V.E., que es el Protector, EL BUEN PADRE y mejor apoyo contra los peligros que pueden impedir la consistencia, La paz y los adelantamientos del nuevo Estado Boliviano. Me encarga pedirle que atendiendo V.E. tan elevados títulos y el eficaz de libertador que los distingue se digne interponer sus respetos para que el gran mariscal de Ayacucho acepte pura y simplemente la presidencia constitucional de Bolivia. V.E. ama a la hija de su corazón y de su nombre: jamás permitirá queden marchitos los laureles con que la han ceñido y el olivo que la ha puesto por divisa. Si el gran mariscal de Ayacucho la abandonase, podría decirse que V.E. la había abandonado. En ambos casos Bolivia, derrocada por los precipicios del horror y la crisis de enfermedades políticas descendería con estrépido a la tumba, que acabase su existencia y ofreciese solo un lúgubre espectro su memoria; pues, aunque sus hijos animados de los nobles sentimientos de sociabilidad, apetecen el orden y su dicha, pero sin experiencia y embriagados de la libertad que han gustado, ignorarían las rutas que puede llevarlos a su perfecta posesión, si las que rompieron sus cadenas no removiesen los obstáculos a su marcha. Tengo el honor de haber manifestado a V.E. los votos del congreso constituyente y los míos con el más grande respeto. Dios guarde a V.E. – Eusebio Gutiérrez, presidente- Mariano Calvimonte, diputado secretario- José María Salinas, diputado secretario”.
La actitud saturada de indignada, vergüenza y descrédito del congreso boliviano derrumba el edificio del valor, abnegación, sacrificio y otras altas virtudes patricias de los que verdaderamente levantaron de los más profundo y edificaron el edificio de la patria. Antes los ruegos eran para obtener la merced para bautizar el cuerpo político estatal, de aquellos que no le correspondía, ni tuvieron la oportunidad de cincelar, modelar y plasmar la nueva nacionalidad hecha a mano por los hijos de la tierra, como ya se dijo. Ahora los ruegos eran para ser gobernados o seguir siendo mandados por extranjeros y de manera vitalicia, seguramente por incompetencia o ausencia de valores propios, no obstante, la jactancia de contar con personajes probos formados en la mejor universidad de la época. También con apasionante rogativa Sucre acepto la 1ra presidencia de la republica el 28-May-26, antes de sancionar la 1ra Constitución. Parte de la súplica dice: “… la patria está en el mayor peligro. Triste Bolivia si vuestra moderación prevalece a sus tiernos votos. Ella ha oído con dolor que os tituláis extranjero. ¿y lo será el que le ha dado EXISTENCIA, VIDA y LIBERTAD? Sean enhorabuena de Colombia, vuestro corazón y sangre; pero Colombia es la madre de Bolivia y no extrañara que partáis vuestros actos con en Bolivia. Séame permitido decir que desde Ayacucho Sois más de la segunda que de la primera. Con todo ¿insistiréis en rehusar el Supremo Poder que os ha delegado la Asamblea? ¿permitiréis que de vuestra cara Bolivia se diga ayer fue y hoy ya no existe? ¿las provincias del alto Perú serán el desprecio y la burla de los estados limítrofes? ¿Permitiréis que las generaciones venideras maldigan hasta el nombre de los 1ros representantes? Fundador de Bolivia vuestra obra peligra, vuestra obra perece y se acaba por siempre…”. Así convencieron a Sucre, pero el mando vitalicio lo acepto solo hasta 1828. Hay que juzgar: Buena, mala o pésima representación.
FUENTE: Documentos para la historia. UMSFX. Sucre 2002.
Santa Cruz de la Sierra, 03 de Noviembre de 2021
