NOTICIAS HISTORICAS – 9.12.2020

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28-NOV-1816: CARTAS DEL GRAL. PUEYRREDÓN DIRECTOR SUPREMO DE LAS PROVINCIAS UNIDAS DEL RIO DE LA PLATA DESDE B.A. AL GRAL. SAN MARTIN QUE SE ENCONTRABA EN MENDOZA ORGANIZANDO EL EJÉRCITO DE LOS ANDES PARA LIBERAR CHILE Y SEGUIR AL PERÚ: MUESTRA EL ESTADO DE CALAMIDAD EN QUE SE DEBATIAN LOS EJERCITOS PATRIOTAS.
La carta avisa el envió de los últimos auxilios: “a más de las 4000 frazadas remitidas de Córdova van ahora 500 ponchos, únicos que se han podido encontrar…”
“Esta dada la orden para que le remitan a Ud. las mil arrobas de charqui que me pide para mediado de diciembre: se hará. Van los oficios de reconocimiento a los cabildos de esa y demás ciudades de Cuyo. Van los despachos de oficiales. Van los vestuarios pedidos y muchas camisas. Si por casualidad faltasen en Córdova las frazadas, toque Ud. el arbitrio de un donativo…: Es menester pordiosear cuando no hay otro remedio. Van los recados. Van hoy por el correo en un cajoncito los dos únicos clarines… En enero se remitirán a Ud. 1387 arrobas de charqui…” *“Van los 2000 sables de repuestos… *Van 200 tiendas de campaña… y no hay más. Va el mundo. Va el demonio. Va la carne. Y no sé cómo me ira con las trampas en que me quedo para pagarlo todo. ¡C…! no me vuelva Ud. a pedir más, sino quiere recibir la noticia de que he amanecido colgado de un tirante de la fortaleza”
Belgrano el 2 de enero de 1814 después del desastre de Vilcapuguio y Ayohuma, desde Jujuy, le escribe a su reemplazo el Gral. San Martin: “Lo contemplo a Ud. en los* trabajos de la marcha, viendo la miseria de nuestros países y las dificultades que presentan con sus distancias, despoblación y la consiguiente falta de recursos para operar con la celeridad que se necesita”*.

San Martin en oficio al gobierno, les decía: “Yo no he encontrado más que los tristes fragmentos de un ejército derrotado. Un hospital sin medicina, sin instrumentos, sin ropas, que presenta el espectáculo de hombres tirados en el suelo que no pueden ser atendidos del modo que reclama la humanidad y sus propios méritos. Una tropa desnuda con trajes de pordioseros. Una oficialidad que no tiene como presentarse en público. Mil clamores por sueldos devengados. Gastos urgentes en la maestranza, sin la cual no es posible habilitar nuestro armamento para contener los progresos del enemigo”.
Esto sucedía en toda Hispanoamérica. A fines de 1823, en el Perú “el ejercito en general se hallaba desnudo sin pagas y con una falta considerable de armamento”. El que tenían los cuerpos peruanos era tan malo que no admitía una formal composición. “Si era triste y miserable el estado personal del ejército el de bagajes y material no era por cierto mejor.* No había caja militar, no había municiones de repuesto*, no había talleres, no teníamos una montura ni una bestia de carga, ni de silla, en una palabra, por todas partes no se presentaban si no motivos de desesperación: y si el ánimo que el ejército mostraba, no hubiera dado fundamento a algunas esperanzas, habría sido, por último, preciso renunciar a la obra que parecía sobrenatural, de afirmar la liberación del Perú”. Esta alarmante y peligrosa situación afecto al auxiliador Bolívar que había venido al Perú en esa situación para auxiliar con tropas al Perú que pagaba todos los gastos. Bolívar se dirigió al Congreso haciendo conocer sus quejas de incumplimiento, amenazando con ausentarse, le decía (al Congreso) a través de su secretario: “Ya le era imposible callar más tiempo sobre la deplorable suerte en que gime el ejército. S.E. presiente, lleno del mayor dolor que el ejército del Norte va a disgustarse por un término que nada podrá contenerle sino se le suministran los indispensables auxilios que exige la vida y la guerra. Habitando un país frio necesita de vestuario y capotes. Los oficiales ha menester de reparar su calzado como su ropa. El equipo del ejército necesita igualmente de repuestos. Así pues sino se llenan los pedidos de S.E. de dinero para la caja militar… S.E. se verá* en la forzosa y cruel necesidad de dejar el mando* que se le ha confiado en el Perú, y de retirarse a Bogotá, para no ser el triste espectador de la ruina del Perú y del ejército de Colombia… y S.E. no ha visto ni aun la más pequeña señal de que el gobierno del Perú* quiera cumplir con una parte de la demanda* que S.E. ha mandado hacer… S.E. pues no espera más de un mes para ver el efecto de esta comunicación; si es favorable  con respecto al alivio de las necesidades del ejército, S.E. continuara en el mando; pues si no es así y no se le suministran los fondos necesarios para pagar los sueldos corrientes a los menos, S.E. se retira del Perú…”. (12 de enero de 1824). Al mes siguiente. El 10-feb-1824 Bolívar es exaltado a la suprema autoridad política y militar.
CONVENIENTE RAZONAMIENTO: Si un ejército construido con medios y recursos fiscales regulares de un gobierno nacional y que es la única manera de levantar una fuerza armada, llega a debatirse en una angustiosa poquedad, se puede comprender y apreciar peores cargas y más duros esfuerzos para poner en pie de guerra un ejército patriota, particularmente del ejercito patriota cruceño, formado por Warnes que ganó brillantes batallas. Esta realidad descarta la peregrina idea de que Bolívar vino con un ejército constituyendo estados, incluido el de Bolivia.

Fuente: Ricardo Rojas: El Santo de la Espada, vida de San Martin, Buenos Aires, 1940. Mariano Felipe Paz Soldán: Historia del Perú Independiente II Periodo, Lima 1870

Santa Cruz de la Sierra 9 de Diciembre de 2020

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