Bolivia con grandes expectativas
Willi Noack
En el momento de escribir esta nota faltan diez días. Diez días para -quizás- tener una idea más clara sobre el rumbo que el flamante Presidente Morales y su equipo van a dar a Bolivia. Por el momento la fábrica de chismes trabaja en dos turnos, y la Radio Cocina divulga todo, hasta lo más absurdo. Son muchos días todavía para especular y comprometerse. Optimistas debaten con pesimistas. Militantes o electores del MAS discuten con adversarios. Radicales amenazan a moderados. Expertos conversan con personas sin muchos argumentos pero con mucha esperanza -o con mucho miedo. A todos ellos hay que aconsejarles: ¡tranquilo, tranquilo! Pues si algo sabemos con certeza absoluta es que en este momento no sabemos nada en concreto. La información que actualmente circula se asemeja a un témpano: solamente la séptima parte está en el aire, el grueso sumergido en el agua. ¡Hay tantas contradicciones en los diferentes discursos allí y allá, según la audiencia!
Mucha gente se adhiere al grupo de optimistas que esperan que será un buen gobierno, aunque no dispongan (todavía) de pruebas en forma de medidas políticas claras que podrían respaldar el optimismo, en algunos casos júbilo. Al contrario, estamos (todavía) en la fase discursiva, discursos para contentar a todos, y por lo tanto es enorme la aprobación del Presidente Morales que no ha ni siquiera empezado a gobernar y que precisa para ello un país gobernable. Las dudas se reducen a escenarios hipotéticos o probables, por lo menos posibles, y la pregunta del millón es ¿qué pasa si…? (análisis del “what-if”).
Muchos se distraen con superficialidades, chompas y temas similares. Un poco más serio es ver la “performance” del Presidente en los salones mundiales, donde -según muchos testimonios- hace un papel favorable como persona simpática y capaz de establecer buenos contactos interhumanos. Pero la comunidad internacional no busca un compañero para fiestas sociales sino un interlocutor confiable que sabe del negocio político, lo que, en gran medida, es una cuestión de saber evaluar de manera realista ofertas reales y sus condicionamientos (de hierro). Las felicitaciones son rutina diplomática. La gira mundial tiene un efecto muy positivo y es comprender al mundo moderno y sus principios versus las ideas obsoletas que se promueven en círculos desubicados y sobre todo entre radicales ultra izquierdistas. Hay que conocer y reconocer la fuerza normativa de los hechos o de las circunstancias, sino no somos jugadores globales exitosos.
Otro efecto del Presidente Morales es la publicidad que recibe BOLIVIA en las noticias internacionales. Cuando el buscador GOOGLE NOTICIAS encontró en el pasado unos 12.000 a 15.000 recursos para la palabra de búsqueda BOLIVIA, ahora produce 32.000 y más “hits”.
Mucha gente, con cierta ingenuidad, ya está festejando, elogiando, aplaudiendo, lo que interpreto como aprobación de las propuestas. ¿Cuáles? Se dejan influenciar por una percepción selectiva engañosa. Por ejemplo: no perciben que las ofertas de cooperación con Bolivia son condicionadas. Te doy a la medida que tu das. Y allí las dudas de muchos: ¿cuál será el manejo político de temas tales como la AC, la autonomía regional, la coca, el gas (seguridad jurídica vs. nacionalización), otros recursos naturales (Mutún), el radicalismo de los “movimientos sociales“, el busca-pega-problema, la conformación del gabinete, el nuevo modelo económico social político, la relación con EE.UU. y Chile, etcétera.
¡Está muy bien hacer prevalecer el diálogo! La alianza estratégica tiene su efecto positivo en liberar sinergia según el principio del “win-win” (en español, ¡antes!, “gana-gana” o “suma-suma”-hoy “MAS-MAS”…). La administración pública, el sector privado y la sociedad civil organizada deben juntarse para mancomunadamente lograr la realización de una visión favorable compartida de Bolivia. ¿What if esta alianza no se logra constituir? ¿Qué pasará si vuelven los bloqueos, los avasallamientos de tierras, …? Mis amigos optimistas me contestan con la recomendación de ser optimista. Wishful thinking. Racionamiento basado en anhelos.
Sea como sea, algo queda establecido: la lucha por más justicia social ha recibido una promoción muy importante. Sea como sea, en el futuro deben acercarse los excluidos y sus excluidores; los super-ricos deben aportar pagando impuestos para la redistribución en lo social; el egoísmo desenfrenado tan vergonzoso como miope tiene que moderarse por la presión social. Era un puchichi que de todas maneras un día u otro iba a reventar; la desigualdad no era ni es sostenible. El feudalismo medieval no cuaja con la idea de un Estado de Derecho donde se trata de establecer bienestar para todos (título de un famoso libro de Ludwig Erhard, padre de la economía social de mercado).
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NOTA: Una versióncorta (además, sin enlaces) será publicada en EL DEBER, en fecha 15.1.2006
fecha: 2006-03-05 18:45:49
autor: Willi Noack