Turismo: un éxito increíble – Willi Noack / EL DEBER – 2.4.2006

SECCIONES
Opinión
Turismo: un éxito increíble

Willi Noack

El estado brasileño de Ceará, con 7,7 millones de habitantes, cuya capital es Fortaleza (2,5 millones de habitantes), impresiona por su éxito fenomenal (www.turismo.ce.gov.br ). El coordinador de marketing del gobierno de Ceará, don Pedro José A. Capibaribe, tuvo la amabilidad de explicar este ‘milagro’, que es en realidad el resultado de políticas inteligentes para convertir ventajas existentes –un diamante en bruto– en un producto comercial. En esta nota se hace énfasis en los puntos que podrían servir para impulsar el turismo receptivo boliviano, pues en Bolivia abundan los atractivos: unos 1.300 fueron inventariados en 1994 y priorizados por expertos del BID, como el triángulo de la goma y la castaña, la Chiquitania y los conocidos centros andinos que actualmente determinan la imagen de Bolivia en el exterior.
En 1970, con la creación de Embratur, se inició el turismo brasileño. Fue una iniciativa del Estado Federal y de los estados que, como en el caso de Ceará, a partir de 1995, intensificaron sus esfuerzos. En 1996 recibieron a 770 mil turistas (40 mil del exterior), en 2004 ya eran 1,8 millones (250 mil internacionales) y la proyección para 2006 son 2,3 millones. Hoy, el turismo ocupa el primer rango en contribución al PIB de Ceará. También en Bolivia aumentó el turismo interno en los últimos años.
El turismo es un negocio complicado; por lo tanto, hay mucho que aprender, y el hecho de que el 85% de los turistas en Ceará sean nacionales les permite entrenarse con clientes más comprensibles y tolerantes. ¿A qué factores se atribuye este resultado impresionante? A haber implantado, con el programa Promudanza, un nuevo modelo de estado en Ceará, que cambió la situación de un estado que tradicionalmente era uno de los más pobres y atrasados, en combinación con la misión (de Setur) para “consolidar Ceará como un destino turístico nacional e internacional, manteniendo y estimulando la competitividad económica, social y ambiental, y la rentabilidad de las inversiones públicas y privadas, que resultó en una sociedad con una distribución de la riqueza más equitativa y desarrolladora” (cita).
El crecimiento económico alto, pero también el IDH mejorado, comprueban que se lograron estas metas. Usando palabras de moda, se logró la alianza estratégica entre la administración pública y el sector privado. Se garantizó la continuidad de las reformas y evolucionaron las políticas en un Estado que vive ‘sem conflictos’. Se construyeron hoteles con capital privado, principalmente italiano, portugués, español y alemán, pues los inversionistas encontraron condiciones y garantías (seguridad jurídica) que los motivaron a confiar en el buen negocio. El Estado, por su parte, construyó infraestructura, condición imprescindible, pero no suficiente, para que se produjera el ‘boom’. El Estado se autointerpreta como facilitador que norma, incentiva y mitiga la burocracia. Hay instituciones que se dedican a la formación de recursos humanos a sabiendas de que la ‘industria sin chimeneas’ absorbe mucha mano de obra. La planificación, permanentemente actualizada, cubre el periodo hasta el año 2020.
Imposible aquí referirse a otros factores que intervinieron en el espectacular éxito, pero es obvio que debemos comparar este ejemplo con las políticas todavía no muy plasmadas del Gobierno del presidente, Evo Morales. Lo que Ceará mostró podría servir de iniciativa a departamentos autónomos bolivianos que quieran estudiar los ‘secretos’ del éxito y copiar las buenas soluciones para problemas comunes. Sin duda alguna, Santa Cruz dispone de las potencialidades para convertir su turismo receptivo en una actividad lucrativa para mucha gente. Las loables iniciativas para incentivar el turismo chiquitano comprueban esta afirmación.
La gente de Ceará es intrínsecamente alegre; los cruceños también lo son, una clara vocación para recibir alegremente al turista.

www.eforobolivia.org
www.bolivia-riberalta.com

fuente: http://www.eldeber.com.bo/20060402/opinion_5.html

fecha: 2006-05-02 15:41:47
autor: Willi Noack