Las autoridades peruanas han asumido con mucha seriedad el tema del proyecto del tren bioceánico y en poco tiempo, ya se han adelantado a nuestro país en cuanto a los estudios ser refiere.
El vicepresidente peruano de visita en nuestro país, ha informado que en el Perú se han manejado ocho proyectos, de los cuales cinco han quedado descartados en forma definitiva, quedando tres en estudio.
De los proyectos mencionados, dos pasan por la localidad de Desaguadero y con seguridad uno de ellos tendría la posibilidad de quedar concretado en el giro de los próximos años, ya que se espera que el 2018 el estudio esté listo.
En el caso boliviano, la situación no es la misma y a pesar de que el tema se ha tratado en varias oportunidades, no se ha asumido con la seriedad necesaria un estudio que lleve a concretar el proyecto.
Según el informe conocido, el Perú considera que la construcción de la obra tendrá un costo que alcanza a los cuatro mil millones de dólares, pero que significará un importante aporte para la actividad pública y privada.
Paralelamente a la construcción del ferrocarril, se encuentra también el proyecto carretero, lo que dará todavía un mayor significado a una obra que para Bolivia reviste importancia mayor, dada su mediterraneidad.
Al realizar el análisis del proyecto, se ha podido evidenciar que los estudios en el país vecino tiene un avance mucho más significativo que el que se tienen en Bolivia, aunque ya se ha hablado de las posibilidades de financiamiento.
Seria importante ver la manera de que el proyecto ferroviario pueda también asociarse con una vía carretera, lo que permitiría un incremento en la actividad comercial privada, especialmente la del oriente.
Cuando se habló de la carretera a través del Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (Tipnis) se mencionó también la posibilidad de enganchar esa vía con el proyecto de la ruta bioceánica.
Se trata de situaciones que deberían ser consideradas prioritarias, ya que la producción de alimentos debe se considerada una tarea de gran importancia, no solo para el autosostenimiento sino también para el comercio.
La construcción del tren bioceánico y con mayor razón si tiene también conexión con una carretera, debe tener para nuestro país una importancia mayor, pues sería lamentable que se convierta en un obstáculo para los vecinos.
En algún momento, se tuvo preocupación porque se pudiera prescindir del territorio boliviano y que Perú y Brasil decidan concretar un proyecto a través del vasto territorio que atraviesa la amazonia.
Los avances realizados por nuestros vecinos, en el aspecto de la conexión entre el Atlántico y el Pacífico, deben constituir un incentivo para que las autoridades bolivianas den un mayor impulso al proyecto.
Sentirse con la posibilidad de atravesar el continente por la vía ferroviaria, debería constituir una prioridad, ya que todos los proyectos de orden económico tendrían la posibilidad de mejorar sus resultados
